Entre brasas hoy cocino tu nombre,
Aquel que tantas veces pronuncie,
Cuando me elevabas al mismo cielo,
Y en las nubes me hacias estremecer.
Preparo el platillo del anhelado olvido,
Tu recuerdo poco a poco se consume,
He puesto tu mirada a fuego lento,
Y tu varonil silueta en amnesia marine.
De carbón me ha servido mi orgullo,
Tu traición ha hecho al fuego crecer,
El sabor amargo del dolor... del delirio,
En el vapor puedo verlo desaparecer.
De guarnición preparo una dulce sonrisa,
Mientras se sazona un nuevo amanecer,
Lo aderezo con el amor a mi bella vida,
Y la esperanza de que llegara otro querer.
Para acompañar este suculento platillo,
He elegido hoy mi bebida favorita,
Lleva jarabe del calor de un amigo,
Se endulza con el amor de una hija mía.
Por fin a quedado la mesa puesta,
El platillo del olvido se percibe delicioso,
Como postre en el centro esta mi futuro,
Lleva hojuelas de un mañana maravilloso.
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